Historia
La historia de la jardinería se remonta a 400.000 años atrás cuando nuestros antecesores prehistóricos empezaron a modificar el territorio para su mejor aprovechamiento. Al principio sometían el paisaje y la vegetación mediante el uso del fuego, para estimular el desarrollo de las plantas silvestres que les interesaban.
De algún modo y desde los inicios de los tiempos, la humanidad ha modificado deliberadamente los nichos ecológicos para mejorar la habitabilidad y, por tanto, las condiciones de vida. Se trataba, pues, de una agricultura rudimentaria que permitió la revolución neolítica y el desarrollo de las técnicas agrícolas que llevaron a la humanidad a asentarse en ciudades y desarrollarse culturalmente. En este punto, la agricultura tomó nuevos caminos y, además de emplearse para producir alimentos y subsistir, empezó a emplearse como un arte refinado, donde se modificaba el espacio mediante vegetación y otros elementos para formar espacios ajardinados que solo tenían como objetivo el disfrute y bienestar de sus usuarios.
Las primeras evidencias de huerto en el jardín aparecen en la excavación de la tumba de Saqqara, quien gobernó Egipto durante la quinta dinastía que se desarrolló entre los años 2465 a 2323 AC. En la tumba de Saqqara, se encontró un jardín de flores ornamentales, en el que se cultivaban también lechugas y otros vegetales. La lechuga era una planta sagrada en su momento. Este huerto contaba con sistemas de riego y en muchos pictogramas que se encuentran en los muros de la tumba, aparecen jardineros regando el huerto.
Esta copia de un bajo relieve del Palacio Norte de Ashurbanipal (669-631 a. C.) en Nínive muestra un lujoso jardín regado por un acueducto.
Los ejemplos de horticultura intensiva más antiguos se producen en Mesopotamia, llegando a planteamientos monumentales como los Jardines Colgantes de Babilonia.
» Era el primero en coger la rosa en primavera y en otoño las frutas. Y cuando el invierno triste hacía todavía estallar de frío las rocas y frenaba con el hielo el curso de las aguas, él ya estaba recortando las hojas del blando jacinto, maldiciendo el retraso del verano y la tardanza de los céfiros. De modo que era también el más abundante en abejas productivas y número de enjambres y el primero en sacar la miel espumosa de los panales escurridos. Tenía tilos y pinos riquísimos, y toda la fruta de que se había ataviado el fértil árbol con la flor nueva esa misma tenía maduras en otoño. El también trasplantó a las hileras olmos crecidos, el peral bien duro, endrinos que echaban ya prunas y el plátano que ya proporcionaba sombras a los bebedores». (Virgilio. Georgica IV)
Villa de Livia o de Gallinas Albas en el Monte Palatino. Siglo I a C.
Museo Nazionale Romano, Palazzo Massimo alle Terme, Roma.
En la obra de Plinio que en el siglo V a C. se lee que los reyes latinos practicaban la horticultura y la jardinería con sus propias manos recogiéndose en la Ley de las XII Tablas que al jardín se le denominaba heredium y a la finca, el hortus.
Siglos después, en Plena Edad Media, la abadesa Herrada de Hohenbourg describe la función del Hortus Deliciarum, el Jardín de las Delicias, con las flores de un jardín seleccionadas por una abeja que confecciona con ellas un panal de miel, alimento espiritual e intelectual de las religiosas de su cenobio. El Hortus está integrado por las deliciosas flores que Herrada selecciona como alimento para nutrir el hambre de conocimiento de las religiosas de su comunidad.
La estructura típica del jardín medieval de los claustros de monasterios y conventos seguía el modelo del Hortus Conclusus, un jardín útil del que se obtenían alimentos, tejidos, medicinas y en ocasiones flores y cuya estructura simple es geométrica, generalmente cuadrada y subdividida en 4 cuadrantes con un punto de agua y/o un árbol en el centro con una puerta de entrada orientada al este. Podía cercarse con setos vivos, enramados de sauces o avellanos, y piedras que servían de sostén para plantas trepadoras o frutales. Las distintas zonas estaban limitadas por cercos de poca altura. La estructura básica podría repetirse y hacerse mas compleja hasta conformar laberintos.
Estos jardines estaban cargados de simbología y representaban el jardín del Edén como un espacio ordenado frente a la naturaleza salvaje.
El hortus conclusus, del latín «huerto cerrado», se convirtió en tema pictórico durante el siglo XV, representándose la Virgen y el niño Jesús sentados en un jardín cercado, paradisíaco, en plena floración.
Es en el renacimiento, especialmente en Francia, cuando el huerto en el jardín llega a las ciudades con esplendor y elegancia.
Los jardines se convirtieron, entonces, en un símbolo de civilización y poder, desde los antiguos egipcios hasta los romanos, desde los jardines árabes del Al-Andalus hasta los jardines clásicos de la campiña inglesa.
Jardín en cuadrados de 16 unidades (4×4).
Square Foot Gardening o HUERTA a Cuadros, es la práctica de planear un huerto o jardín en cuadros, consiguiendo en un espacio pequeño el uso intensivo del suelo disponible. La frase «square foot gardening» es el nombre de un libro. El autor es Mel Bartholomew, quien lo popularizó al publicarlo en 1981 por Rodale Press book y posteriormente por la serie de televisión en PBS (USA).
El jardín ha evolucionado a lo largo de la historia tal y como lo hacen las civilizaciones, surgiendo y perseverando nuevas ideas que evolucionan para dar paso a otras. ¿ Cómo es tu huerto?.
Para saber más